26 febrero 2010

The Missing Husband y el efecto mariposa

Las cosas ocurrieron así: Günther me quería regalar un lector de e-books por navidades, pero tardó en decidirse y la fecha se le echó encima. Además yo por mi cuenta había estado mirando modelos y ninguno me convencía (a esa tecnología le falta un hervor). Así que se quedó en el aire. Y como ando decidido a comprarme una Nikon potente para grabar vídeo, al final me regaló una cámara de vídeo portátil para ir probando. Era un viernes por la noche, concretamente el 29 de enero. En estas, veo que una sección del NoTodo sigue abierta y decido escribir algo. Para el domingo está escrito.

El lunes (1 de febrero) empiezo a buscar actores y colaboradores en la ofi. Esa noche hago cásting en casa con Anja y Günther y me quedo con los dos. Mientras busco al actor que me falta y reúno colaboradores, el miércoles 3 se ensaya la primera escena y el jueves 4 se rueda. Desmonto el apartamento para la segunda escena, que se ensaya el sábado 6 y se rueda el domingo 7. De la cámara a la idea, a la producción, al rodaje y al wrap, en nueve días.

Vuelvo a montar el apartamento.

Pero el plazo de presentación acaba al viernes siguiente y mi PC no tira con vídeos de 1920x1080 píxels. Así que pido ayuda a Dani Blasco y me explica cuatro trucos esa noche de lunes 8 en su casa (que hace ocho meses era la mía). Paso el martes 9 convirtiendo formatos en mi portátil, pero todo tarda muchísimo y no avanzo. Llevo diez días sin dormir. El miércoles 10, mientras camino hacia la oficina en modo zombi, voy pensando: escribo a la organización y les pido que aplacen, o me rindo.

Según entro por la puerta, mi mano derecha Nacho me informa de que han prorrogado el plazo dos semanas. Yo levito (lo juro). Es una señal del destino. Decido comprarme un Mac: si quiero trabajar en algo, necesito las herramientas. Esa tarde lo elijo y al día siguiente lo estoy instalando. Va como la seda.

Llega y pasa el plazo inicial, por suerte quedan dos semanas. Duermo. Entonces Günther se anima y dice que también quiere rodar un corto. Yo me subo por las paredes. Después de toda la ayuda que me ha prestado, no puedo decirle que estoy demasiado ocupado para ayudarle. De hecho se lo digo, pero es inútil, no tengo escapatoria. Reescribimos su idea juntos y al lunes siguiente (15) nos vamos a casa de Anja a rodarla. El guión cojea y hay que improvisar. Del ensayo al wrap en un par de horas. Nos vamos superando.

La cámara mete un pitido de fondo insoportable. Me paso los descansos en la oficina empapándome de tutoriales por internet. Encuentro los procesos y filtros apropiados para librarme del dichoso chirrido. Retoco color, filtro, monto, retoco. Cada nuevo paso es una nueva investigación, un cursillo intensivo. Ah, y tengo que hacer los carteles. Y una banda sonora.

Finalmente, el domingo 21 acabamos "Goodbye Myra". El miércoles 24 acabo "The Missing Husband". Dos cortos en menos de un mes.

Si alguien se ha sentido abandonado durante este tiempo, espero que sepa perdonarme.

Y si alguien se pregunta si ha merecido la pena... Bueno, opinad vosotros mismos:

Goodbye Myra



The Missing Husband


17 febrero 2010

El peso de la costumbre, y todo tiene un por qué

¡De lo que se entera uno!

¿Te has fijado que el orden de las canciones en cualquier álbum suele ser más o menos similar?

Bueno, ¡pues todo tiene un por qué!

"Yo no lo sabía, pero lo de poner en un disco el single como segunda canción y como última de la cara A o de la cara B canciones más lentas suele deberse a razones técnicas. La primera canción suele saltar o dar problemas y la segunda ya presenta un sonido mejor. De la segunda hasta la penúltima canción es cuando más volumen hay, mientras que en la última de cada cara, el volumen cae y ahí aprovechas para poner la lenta." (Jonston, en Jenesaispop)

¡Lo gracioso es que este orden a menudo se siga conservando en la época del CD! Lo hemos mamado, claro, y ya nos suena natural. Lo único que ha cambiado es que ahora el single suele ser la pista 1. Bien, ¡ya sabemos por qué!