21 junio 2007

El soltero de oro

Fide me ha pasado este test y he sacado este resultado, que está muy bien hasta que (como los DVDs) me cuenta el final alternativo... :-S

14 junio 2007

La reforma de la casa Winchester

Ayer decía que el argumento de "La Reforma Incompleta" tenía raíces profundas. Pero hasta la semana pasada no descubrí cuánto. La historia es larga pero muy curiosa, y se remonta más de doce años... o doce décadas, según se mire.

La Llamada de CthulhuEn mi adolescencia jugaba a rol tarde sí, tarde también, sobre todo al Cthulhu, con sus suplementos cutres de Joc, que era lo que había entonces. Creo que era en "El Manicomio" donde venía una aventura llamada "La Casa Winchester", que iba de una viuda ricachona con mansión encantada que contrataba a los investigadores para que la limpiaran. Este módulo era distinto de los habituales por varias razones, pero principalmente por dos: una, que la casa no estaba vacía y abandonada, sino habitada por la viuda, su espiritista personal y la hija de esta, algún detective, un timador de incógnito, y un ejército de obreros que mantenían la casa en constante reforma; dos, que no había ningún espíritu en la casa ni nada paranormal, sino que todo eran trucos de la espiritista y el timador para sablar a la viuda.

Yo modifiqué un poco la aventura. Para empezar le cambié el nombre a la señora y a la casa (de Winchester a Westchester) para que si alguien se tropezaba con el suplemento no le diera por leérselo. Le di diferentes sub-misiones a cada PJ (muchas enfrentadas entre sí), inventé una caja fuerte multimillonaria que era el objetivo de la mitad de los PJs y PNJs, y le añadí una gota de guasa porque el tema de la reforma constante no me parecía serio. Así, igual que en las persecuciones de coches de las pelis siempre se cruza un camión cortando el paso, en las persecuciones por la casa aparecían unos obreros cargando un tabique de madera y se lo plantaban delante; por la noche no eran capaces de encontrar sus dormitorios; la electricidad se cortaba de vez en cuando, sobre todo cuando más falta les hacía; y dos que bajaron al sótano se quedaron sin cenar, porque aunque oían el ruido de platos y cubiertos sobre sus cabezas, no eran capaces de encontrar la escalera. Al final, cierto explosivo mal calculado, colocado para abrir la caja fuerte, abrió un cráter de varias habitaciones de diámetro y estuvieron lloviendo billetes durante horas. Fue divertido.

Rebecca con su rebecaLa historia de la casa en perpetua modificación se me quedó grabada en el subconsciente. Tenia algo de poético. Con el tiempo la idea fue madurando y se concretó en una obra de teatro sobre tres hermanos encerrados en una mansión infinita de la que han olvidado cómo salir. De fondo estaba la sombra de una amante fallecida que incluso en su ausencia seguía protagonizando sus vidas. La llamé Rebeca porque me recordó al "film de Hitchcock" de 1940 en el que la prota se casa con un viudo y se ve ensombrecida por la esposa fallecida, Rebecca. (Nota al pie: del éxito de esta peli en España proviene que hoy sigamos llamando "rebeca" a esas chaquetas de lana que vestía la prota, cuando en el resto del mundo se siguen llamando... chaquetas). Luego tuve que romperme los cuernos en averiguar por qué la casa no tenía salida... ¿Estaban muertos? ¿Eran juguetes de una casa de muñecas? Probé un montón de opciones y reescribí el texto varias veces durante unos 3 años antes de darlo por finiquitado hace pocos meses. El título definitivo: "La Reforma Incompleta".

Como salida de un episodio de Scooby Doo: Winchester Mystery HouseY entonces descubro que... ¡la casa Winchester existe! ¡Aquella aventura de Cthulhu estaba basada en hechos reales! Jose Antonio, mi viejo compañero de rol en el instituto, me vino con la historia la semana pasada. Resulta que la señora Winchester era la viuda del fabricante de los conocidísimos rifles que protagonizaron la conquista del oeste, y claro, con la venta de armas en el país de las libertades, la señora tenía más millones que pelos en la cabeza. Pero entonces le dio por creer que su mansión estaba encantada. Contrató a la enana de Poltergeist, y ésta le dijo que las almas de todos los fallecidos por las armas de su marido habían vuelto para atormentarla, pero también le dio una solución: los espíritus estarían tranquilos mientras los martillos no dejaran de sonar en la casa. Y así comenzó la reforma incompleta, la reforma eterna. La mujer nunca diseñó (ni hizo diseñar) unos planos, sino que dibujaba cachos de casa en servilletas y se los pasaba a los obreros, dando pie a un caos de ventanas que dan a pasillos, escaleras que sólo conducen al techo o dan vueltas sobre sí mismas, aseos con puerta de cristal, puertas que se abren al vacío, pasamanos verticales y tragaluces en el suelo de un pasillo que hoy día está abierta al público como "una de las casas más encantadas del mundo". Que sí, que sí. Que esta parte de la historia es de verdad. Que está en California.

¿No es genial la vida? Ya tengo algo que hacer cuando viva en Hollywood...

12 junio 2007

Recuento

El verano suele ser época de estirar los brazos para apoyar la cabeza y que aireen las axilas, no de bajarlos y ponerlos manos a la obra, que con el calor da pereza. Pasé el verano anterior decidiendo una vez más qué iba a hacer con mi vida (como debe hacerse cada cierto tiempo) y en septiembre finalmente decidí que dejaría el Cámara... ¡Acción! para dedicarme este curso a poner en negro sobre blanco todas las ideas pendientes. Hoy, que debería estar volcado en el Script Frenzy si no hubiera abandonado la idea antes de empezarla, se me ocurre hacer recuento y ver si ha servido de algo perderme esos ingresillos mensuales del teatro en pro de un arte incierto, por no decir hambriento.

No estoy del todo seguro en qué orden fui haciendo las cosas. Creo que empecé volcándome en escribir cortometrajes, pensando que rodaría algo este año. Completé dos guiones. A fecha de hoy, espero convertir uno en guión de cómic (porque es presupuestariamente inrrodable, y sí, me invento las palabras porque me da la gana) mientras que el otro aún tengo esperanzas de rodarlo. Algún día.

Luego llegó noviembre y con él el Nano. Hace poco releí "La Vida Pese A Todo" y me sorprendí de haber parido tantas ideas en tan poco tiempo. Sigue pendiente de pulido, pero ya es un cojón de trabajo volcado al papel.

En diciembre me volqué en acabar una obra de teatro que llevaba tres años reescribiéndose. ¡Y lo conseguí! "La Reforma Incompleta" ya estaba completa. Por cierto, la idea de donde nació la obra tiene historia... eso lo cuento otro día.

Con el año nuevo me propuse presentar algo a los Premios Literarios Jaén, así que empecé a escribir un poemario con toda la intención. ¿Temática? Malos tratos. Más comercial imposible. Ha quedado cojonudo.

Tardé meses en acabarlo, porque era mucho curro y porque me lié con el Taller de Narrativa. No me importó, porque ha sido superbonito: hemos aprendido un montón juntos y hemos escrito unos cuantos microrrelatos, que también está muy bien.

Y ahora debería estar con el guión del largometraje que esperaba terminar aprovechando Script Frenzy, pero no lo estoy. Aun así, una productora buscaba guiones y anoche les mandé el tratamiento de la peli de terror que empecé hace años. A ver si les gusta. Que no creo, porque es más rara que un guarro verde. Pero a mí me sigue gustando, a pesar del tiempo.

Y si me gusta, ¿por qué no estoy echando junio con ella? Pues porque me he volcado en la última locura: hacer música. Ya llevamos dos canciones y está feo decirlo, pero molan mazo. A ver qué pasa.

Así que en diez meses he escrito dos cortos, una novela, una obra de teatro, un poemario, una docena de microrrelatos y un par de canciones. ¡Para darme con un canto en los dientes! Todavía no he llegado a artista, pero ya puedo decir que este curso me he sacado el título de Artistilla con Sobresaliente alto. Y como aquel mago de la tele, me pongo la medalla. ¡Y seguimos para bingo!