21 julio 2008

Extraña transición

Se cumplen dos meses desde que llegué, un mes desde que empecé a currar a fondo, y un mes desde la última escapada a tierras del sur; y falta un mes hasta que vuelva a ir a casa. Los días se van sumando y los tiempos empiezan a ser considerables. Y el tiempo, ya se sabe, todo lo cambia.

Poco a poco, este espejismo de tabula rasa se va convirtiendo en una realidad palpable, mucho más palpable y mucho más real que los recuerdos de toda una vida, por pura cercanía. No olvido nada, y echo de menos todo con el mismo cariño con el que sigo rascando la cabeza a mis gatos cada mañana, pero la cordura exige que viva aquí y no allí, y estos nuevos hábitos que voy creando a placer facilitan el proceso. De repente tengo un punto de referencia nuevo, que me permite mirar atrás con un cierto desapego que nunca busqué, y que no quiero, y que al mismo tiempo empiezo a sentir inevitablemente necesario.

Me niego a despertar porque sé que el sueño no está sólo en mi mente: está allí, donde yo estaba, al otro lado de esta pantalla, leyendo estas palabras. Pero debo hacerlo porque hay que ir a trabajar, seguir adelante (con todas sus consecuencias) con esta nueva vida que he elegido y que (¡no sé si a mi pesar!) empieza a gustarme. Supongo que era inevitable (señor Anderson), y previsible, pero la transición se antoja extraña, como un truco de magia que no sé cómo va a terminar.

O quizá simplemente sea que el frío ha vuelto y me siento otoñal, y os echo de menos y no os tengo.

5 comentarios:

Daven dijo...

Supongo q es inevitable... todos los q conozco q se han ido fuera pasan por lo mismo.

Por otra parte, yo tb te voy a echar de menos :( Q este jueves voy una semana a Granada y no vas a estar! Maldición!

Aunq... jeje, a finales de julio casi seguro iré a ver a mi amiga de Darmstadt, así q una visita caerá como mínimo ;)

Anónimo dijo...

Tengo que reconocer que no me enterado muy bien de la entrada... Ya te lo dije en su día, es imposible planear un cambio de vida y aires, porque hasta los cambios tienen sus inesperadas variables.

Unknown dijo...

*espanta con la escoba al Álex otoñal

Ya lo hablamos el otro día, niñoguapo, así que tengo poco que añadir a lo que tú mismo has dicho: es normal echar de menos lo que dejas atrás, pero si lo extrañas demasiado no avanzarás.

Peeero eso no te va a pasar a ti, porque eres un hombre inteligente y práctico, y de hecho valorarás mucho lo de allí y cuando vuelvas harás lo propio con lo de aquí :)

(La alternativa es que nuestros respectivos pavos se coman a toda la humanidad, y debe de ser una muerte terrible... GLUGLUGLÚU)

dequesi dijo...

daven: finales de julio es YA!

fide: no me extraña que no te enteres, precisamente hablo de dudas y de confusión...

deira: gracias por el apoyo. veremos a ver a dónde me lleva esta inteligencia mía.

Jon dijo...

Me recuerdas cuando me marché a finlandia... tenía todo planeado al milímetro. Presupuesto, viajes, estilo de vida... luego llegas ahí y nada tiene que ver con lo que pensabas en un principio. Es la magia de irse a vivir fuera.