30 junio 2005

Reforma del matrimonio

[importado de mi antiguo blog en PsychoCorp.net]
Hoy es un día cualquiera. Hoy es un día histórico.
Para muchos, el 30 de junio de 2005 no significará nada, porque nada habrá cambiado en sus vidas más allá de los simples acontecimientos cotidianos que nos ayudan a distinguir, a veces a duras penas, un día del siguiente.
Para otros, será una fecha que cambie nuestras vidas.
En realidad, mi vida tampoco va a cambiar hoy, pero se abren opciones de futuro que no tenía antes. Hoy se ha aprobado el matrimonio homosexual.
No es que yo crea en el matrimonio ni deje de creer. Personalmente, tengo unas opiniones sobre las relaciones amorosas bastante más progresistas de lo que cualquier gobierno puede legislar (y de lo que cualquiera de mis parejas ha estado dispuesto a compartir... pero eso es problema mío). La cuestión a tratar es la igualdad.
Por supuesto, los conservadores han armado todo el revuelo que han podido. Si el egoísmo no diera tanto asco, hasta me harían gracia, un puñado de hormiguitas poniendo barricadas a una avalancha. No sé si avalancha es la palabra más apropiada, porque la nieve acumulada cae por su propio peso, mientras que los derechos sociales nos los vamos ganando con sangre, sudor y lágrimas, pero me vais a perdonar el símil (y los tópicos). El caso es que las hormiguitas quedarán atrás, mientras el progreso sigue adelante. El mundo ya ha vivido crisis parecidas antes. El fin de la esclavitud y el voto femenino (o íla integración racial y el sufragio universalî, que suenan más políticamente correctos) son dos momentos equivalentes de nuestra Historia, y hoy nos parecen tan evidentes que quien se opuso al avance ha quedado históricamente como un palurdo. El tiempo siempre acaba por poner las cosas en su sitio (o como le gusta decir a mi querido Fide, al final la mierda siempre flota).
No sé si me llegará el momento en que conviva con un chico y desee establecer un vínculo legal que regule nuestra situación, proteja nuestros derechos y nos cubra frente a los imprevistos del futuro. No sé si algún día me casaré o no. Pero ahora la decisión es mía.
Eso nos hace a todos más libres, y eso ya es motivo suficiente para celebrar la mayor fiesta de la década.
Hoy es un día cualquiera. Hoy es un día histórico.

No hay comentarios: